Las inversiones alternativas ofrecen perspectivas prometedoras para 2025 en un contexto de estabilización macroeconómica y descenso de los tipos de interés. En private equity, se destacan oportunidades en adquisiciones pequeñas y medianas, así como en venture capital, impulsadas por la transición energética y la innovación tecnológica. El sector inmobiliario europeo muestra señales de recuperación, especialmente en propiedades de alta calidad, mientras que el crédito privado mantiene su atractivo debido a tasas de interés moderadas y un potencial de crecimiento significativo. Las infraestructuras en Europa también son un foco clave, con necesidades de inversión que podrían alcanzar los 14 billones de euros para 2040, al crear oportunidades en deuda privada.

Expertos de firmas como UBS, HSBC y Goldman Sachs subrayan la importancia de diversificar las carteras con activos alternativos, no solo por su potencial de rentabilidad, sino también por su capacidad para mitigar riesgos y ofrecer resiliencia ante la volatilidad del mercado. Estrategias como el arbitraje de fusiones, los préstamos integrales en bienes raíces y la financiación de activos son mencionadas como motores clave de rendimiento. Aunque existen riesgos como la iliquidez, los fundamentos demográficos, tecnológicos y de sostenibilidad apuntalan estas oportunidades, posicionando los alternativos como esenciales para los inversores en un entorno impredecible.

Fuente: Fundsociety