México, Estados Unidos y Canadá consolidan su complementariedad agroalimentaria

Collage de productos agropecuarios que incluye frutas frescas, pechuga de pollo cruda, carne de res, elotes, soya en grano y hortalizas variadas como brócoli, lechuga, zanahoria y coliflor, sobre fondo de madera, representando la diversidad del comercio agrícola de América del Norte.

El director general del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA), Juan Carlos Anaya Castellanos, afirmó que México, Estados Unidos y Canadá son complementarios en el comercio agropecuario, ya que cada uno desempeña un papel esencial dentro del mercado regional. México se posiciona como el principal proveedor de frutas y hortalizas frescas hacia Estados Unidos, se destaca por la calidad, frescura y disponibilidad constante de sus productos, mientras que el país norteamericano es un proveedor clave de carne de res, pollo, leche, maíz, trigo y soya. En este contexto, Anaya alertó sobre las implicaciones de los intentos estadounidenses por imponer aranceles a productos mexicanos como el tomate y el aguacate, medidas que calificó de estrategias políticas, más que comerciales. Aseguró que tales restricciones no harían más que provocar presiones inflacionarias, lo que afecta directamente al consumidor estadounidense, ante la falta de alternativas viables en el mercado internacional.

El especialista señaló que, a pesar de la incertidumbre generada en marzo por el debate arancelario, las exportaciones agropecuarias mexicanas hacia Estados Unidos mantienen un ritmo creciente, lo que ha permitido conservar una balanza comercial superavitaria. Subrayó que los tres países de América del Norte generan en conjunto 18 % de la producción agroalimentaria mundial, y presentan un notable índice de autosuficiencia alimentaria del 117 %, lo cual refuerza la necesidad de fortalecer las relaciones comerciales trilaterales, en lugar de debilitarlas con medidas proteccionistas. Anaya también detalló que México requerirá importar alrededor de 25 millones de toneladas de maíz este año, de las cuales 800,000 toneladas serán de maíz blanco, debido a la fuerte sequía que afectará la cosecha en Sinaloa, principal estado productor del grano. Esta situación evidencia la alta interdependencia entre las economías agrícolas de la región y la urgencia de mantener una colaboración estable y estratégica.

Fuente: El Economista.

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